Aunque esta maldita pandemia de la denominada COVID-19 ha destrozado las ilusiones, la economía e incluso la vidas de muchas personas, toca hacer un balance en torno a lo cofrade y en torno a Cádiz y debatir si realmente 2020 es un año que debe pasar en el olvido o recordar para mirar hacia el futuro
Un año sin cofradías en la calle
Si algo ha marcado el 2020 ha sido el dejarnos de un plumazo desde el pasado 14 de Marzo sin ningún culto externo y ello conlleva sin una Semana Santa en la que los cofrades volcamos todas nuestras ilusiones y que la tuvimos que afrontar con la tristeza y la desolación de un confinamiento estricto el cual nos encerró a cal y canto entre cuatro paredes, sin ni siquiera poder visitar a nuestros titulares en sus templos.
Pero si algo trajo ese sufrimiento, fue el ver que realmente la hermandad que se mueve en torno a la figura titular, reside en sus hermanos y ellos tuvieron la capacidad de, en la distancia y gracias a las nuevas tecnologías, unirse en comunión para vivir una estación de penitencia de absoluta fe y predicación. Una estación de penitencia intima donde las juntas trabajaron en su comunidad para que la semana hiciera ver que la hermandad está en nuestros corazones. La fe cristiana parte de uno mismo y de el amor al prójimo y eso es lo que la imagen titular proyecta hacia sus hermanos. Hemos ganado en profundidad cristiana y en fe y unión hacia el prójimo ¿y eso no es algo positivo?
También hemos dado cuentas a esos videógrafos, fotógrafos y demás que trabajaban de forma altruista dentro de nuestra fiesta y que sin ellos, esta Semana Santa de 2020 hubiera sido ya de una desolación total. Por eso no solo hay que agradecerles, sino invitarles desde el seno de las Hermandades a que participen de forma mucho más activa y dándoles facilidades absolutas a la hora de hacer una labor desinteresada hacia las hermandades.
Eso sí es quizás lo que me ha faltado dentro de este 2021. Que las hermandades agradecieran y pusieran en una parte muy presente a esas personas de las que con sus videos e imágenes han calmado nuestras ganas de cofradías y calles en la desoladora Semana Santa de 2020.
Y ya para terminar, cómo la idea de un loco, que con ganas de cofradías y para sobrellevar la Semana Mayor de una manera más liviana, cogió imágenes y se hizo una Semana Santa al completo a bases de cuentas cofrades en youtube, para así por lo menos, no perder las costumbres folclóricas que también nos da esta fiesta en la calle.
Lo que no se imaginaba este humilde apóstol es que el subirlas a las redes para así poder verlas desde un televisor (no creáis que fue con otra pretensión) terminó siendo el sosiego de tanta gente que ya al tercer día se colapso en redes la retransmisión.
Quién sabe que deparará este 2021, pero si hay que volver a llevarlo a cabo, será ya con más conocimiento de causa para que eso no vuelva a pasar.
Qué nos ha dado el 2020
Aunque estamos con las ilusiones un poco por los suelos, porque no podemos negarlo, ha sido un año cofrade triste, sí debemos valorar qué nos ha dado este año, pues siempre debemos construir desde el aprendizaje y no desde el inmovilismo.
Lo primero que podríamos comentar es que las Hermandades no estaban preparadas en gestiones sociales de nuevas tecnologías y parece ser que todavía nos falta mucho. Hemos dado un primer paso enganchándonos a trabajarlas en el sentido de estar presentes, pero hace falta un estudio real y un aprendizaje más allá del de publicar noticias o novedades de la hermandad. La Red social es algo tan diferente a eso, que el día que realmente las hermandades se sienten a trabajar y enfocar para qué sirven en esta sociedad actual, verán unos márgenes de mejoras tanto sociales, económicos como publicitarios que no hubieran imaginado nunca.
Yo las animo a investigar a fondo en ello, pues las nuevas tecnologías son, queramos o no un pilar fundamental en la sociedad que hoy conocemos.

Otro detalle importante a analizar, es si hemos invertido el tiempo en mejorar nuestra fiesta. Han pasado más de seis meses desde aquel 14 de Marzo, y con sinceridad, he echado en falta planteamientos de mejora de cara a nuestra Semana Santa, la cual posiblemente en 2021 también tengamos que vivirla de una manera diferente.
Echo en falta que el Consejo haya planteado estudios de mejoras en aquellos conflictos que existían, como si la carrera oficial es demasiado larga, planes de mejora para puntos conflictivos dentro de ella, etc.
Ha pasado el 2020 y realmente no se ha planteado nada. Hemos entrado en una especie de letargo de atontamiento que este virus nos ha infectado y estamos como quien dice en una nueva Semana Santa y falta un análisis y debate sobre problemas que ya existían, han sido cero.
Y eso me da miedo pues, si esta es la tónica del próximo año si se suspenden los desfiles procesionales, vamos a perder dos años que nos ofrece también la ocasión para mejorar todo aquello que fallaba en torno a nuestras cofradías y las salidas procesionales.
Y eso puede llevar incluso a que muchas hermandades se vean en situaciones críticas.
Una gran Comunidad
Sin duda si algo personalmente me ha traído este 2020 es conocer a una gran comunidad por los canales sociales. Una comunidad creada desde el afecto y el cariño hacia nuestra Semana Santa a lo largo de las cientos de horas de videos en directo por youtube. A mí personalmente este año me ha traído el conocer a buenas personas y eso hay que agradecérselo a este año tan atípico.
De cara al futuro
Y aquí viene lo importante. ¿Qué queremos los cofrades de cara a un futuro no muy lejano?
Por supuesto lo primero que vuelvan los pasos a la calle, pero eso sí, siempre con una seguridad absoluta para la vida humana. Ante todo están las personas, pilar fundamental en la lectura y transmisión de la palabra de Dios. Y sí, no confundamos términos, la palabra De Dios se centra en el ser humano, en ser mejores personas, en acabar con la pobreza y en el amor de los unos con los otros.
Si la Semana Santa nos va a llevar a poner otras cosas por encima, a darle mas importancia a lo figurativo que a lo vivo, o incluso a terminar en disputas de bandos (siempre que no sea de una forma constructiva, desde el respeto y el amor), puede que a lo mejor tengamos un problema mayor de base en todo esto y la pandemia sea el toque de atención que Dios nos este mandando para hacernos reflexionar.
Las cofradías siempre han estado, están y seguirán estando. Han pasado buenos y malos momentos a lo largo de su historia. Pero no olvidemos que las cofradías y la religión sin el ser humano ni existirían ni tendrían sentido. La vida y el amor son las que hacen que exista. Y yo particularmente quiero que viva la mayor gente posible para desde la Semana Santa enaltecer el amor que nos dedicamos las personas.
Qué nos traerá el futuro, no lo sabemos con exactitud. Lo que sí sabemos es qué hacer para que sea un futuro mejor.
Y ello es estar con Jesús. Y eso se hace desde la vida y el amor hacia el ser humano y entre las personas.
Es por ello que os deseo la mayor salud y amor para todos vosotros.
Las procesiones volverán y yo personalmente quiero disfrutarlas con todos y cada uno de vosotros, sin que se quede nadie por el camino.
¡¡Feliz Año a Todos!!