Parece ser que el parapeto de la Junta (que está tardando más de la cuenta) ha puesto en jaque todo un organigrama que, a través de filtraciones, no hace más que tensar las opiniones y las buenas formas que, entre los Consejos, se vendieron de puertas hacia fuera en aquella famosa reunión antequerana.
Y es que, aunque se quiera vender, con el todavía mensaje de la esperanza, que desde los Consejos mantienen la fe en que algo se pueda hacer de puertas hacia fuera, es un secreto a voces que la Semana Santa de 2021 en la calle, está prácticamente descartada, solo que nadie se atreve a dar el primer paso.
Diciembre ha sido un mes en el que, con las noticias de una suspensión de la Semana Santa en Sevilla de forma prematura, se puso en nerviosismo a varios Presidentes de los Consejos de Andalucía.
Algunos porque quieren (y me parece muy loable) que se haga un manifiesto conjunto y otros, porque si se anuncia con bastante antelación, puede dejar en evidencia, que se han aferrado tanto a una idea, que igual sin un plan B y con tantos meses por delante, pueden dejarle en un vacío de recursos que algunos hermanos mayores podrían echarle en cara.
Y no olvidemos que además es un año donde se tienen que convocar nuevas elecciones presidenciales. Por eso el que la Junta obligue a la suspensión de la Semana Santa y lo haga con poco tiempo de margen de maniobra, puede ser el salvoconducto de más de algún que otro Presidente.
Sevilla iba a dar un primer paso sabiendo que las partidas destinadas por parte del Ayuntamiento deben salir ya para las fiestas y estaban decididos a dar ese primer paso, aun sabiendo que se desmarcaban del acuerdo llegado por todos los presidentes.
Pero la marcha atrás de Juan Espadas (que a voces se posiciona como el posible líder de los socialistas en Andalucía) y la reciente comunicación del Obispo sevillano de su renuncia al cargo por motivos de salud, han dejado en “stand by” la situación hasta el momento (para el respiro de algunos) y dejar así que sea ya la propia Junta a través de su Consejero de Sanidad y posteriormente por el Presidente Juanma Moreno, los que diluyan esa primera balsa de aceite que vaya dejando el rastro hacia la trágica noticia, que según fuentes se dará después de la reunión del próximo 13 de Enero.
Y si hay alguien ya cansado de tantos dimes y diretes que quiere una respuesta clara, ese es el cofrade.
Un cofrade que después de un año desastroso sin pasos en la calle, está haciendo “encajes de bolillos” para crear unos cultos que atraigan al hermano, con esa misión de proyectar el culto interno hacia todos y cada uno de ellos y que al mismo tiempo crea y alimenta bolsas de caridad sacando de donde no hay, para no dejar a nadie en la desolación. Ese hermano, ese cofrade, necesita ya una respuesta clara.
Porque no podemos estar jugando con las ilusiones de aquellas personas que realmente son las que hacen de nuestras hermandades, que no son ni los consejos, ni los políticos, ni si quiera los hermanos mayores en algunos casos, los cuales son la voz de su comunidad: Los hermanos.
Ellos necesitan ya saber que pasará con 2021, en que se está trabajando realmente y no jugar a dar palos de ciego como ya la junta y los gobiernos hacen con este maldito virus.
Los cofrades queremos ese décimo de Navidad anticipado, ese regalo de Reyes que venga antes de la fecha marcada, sea ya con la noticia que sea, para poder trabajar en un 2021 que aún sin pasos en la calle, sea algo inolvidable.
Pero para eso necesitamos lo más importante: TIEMPO
Porque a lo mejor al presidente del consejo le basta con 50 días (según sus palabras) para hacer una semana santa, pero para los cofrades, esto no empieza el domingo de Ramos.
Los hermanos, el 1 de enero se ponen en marcha para trabajar en una Cuaresma que además este año tiene el aliciente de no pisarla el Carnaval, y que dé paso a nuestra Semana Mayor de una manera anteriormente desconocida, ya que como siempre se dice, el carnaval acaparaba el ambiente cofrade anterior a la Semana Santa. Y queremos que, aunque sea en el interior de los templos o con ideas innovadoras (recuerdo algunas que se me ocurrieron de manera rápida y que no estarían mal darles quizás una vuelta de hoja) marque un gran año. Se haga algo que quede en el recuerdo de todos.
Porque pasos en la calle tendremos muchos años mas con total seguridad. Pero hacer de un año post-pandémico una Semana Santa de culto interno antológica y partiendo desde cero (porque hacer algo nuevo nunca es fácil), para eso, se necesita mucho tiempo para trabajar.
Los cofrades estamos dispuestos, pero necesitamos el primer paso del consejo.
Y para eso Juanma Moreno debe de poner la otra mejilla ya