Recuerden: Aquellos que hoy nos ofrecen soluciones y cambios que parecen que iluminarán una nueva era de éxitos, llevan décadas errando en sus predicciones e intentando justificar sus cambios sin rendir cuentas a nadie.
No es la Semana Santa un juego de tablero cofrade donde tirar los dados (como me dice a veces por redes un querido apóstol) sea la solución a nuestros problemas.
Y es que cada vez más la Semana Santa de Cádiz demuestra una carencia de verdaderas personas instruidas en los quehaceres habituales de una fiesta que aunque no lo parezca, tiene una trascendencia enorme que a veces parecemos olvidar.
Y el problema parece ser que los grandes representantes cofrades, cuál espada de Damocles (porque a simple vista se denota que democracia en toma de decisiones hay pocas) van ejerciendo cortes y retales a una fiesta que cada vez estamos perdiendo de norte a sur en pensamientos y decisiones, quieren dar un paso más que no sabemos que trascendencia tendrá.
Un primer atisbo podemos comprobarlo en este artículo de D. Pablo Durio
Y es que los cofrades que ahora mismo tienen voz y mando en una fiesta, que parece se les está yendo de las manos, nos quieren distraer y no hacernos ver (según la opinión de este apóstol), sobre todo a las nuevas generaciones, los problemas y carencias reales que ofrece nuestra Semana Santa.
Creo que ya está bien de engañar, sobre todo a los jóvenes cofrades, sobre cómo debe ser nuestra Semana Santa y sobre todo nuestra Carrera Oficial.
Los problemas que hoy en día existen en la Carrera Oficial surgen porque hace una década se inculcó la idea de que había que cambiar la Carrera Oficial.
Y créanme que nada de eso tenia que ver con el interés general de las cofradías. Prueba de ello es en la situación que nos encontramos hoy día.
Por supuesto, la Carrera Oficial antigua no era la panacea cofrade y tenía algunas carencias que imploraban solución. Pero con los años, se está demostrando que las soluciones actuales no solo no cubren las carencias anteriores sino que las han empeorado, llevándonos a una Carrera Oficial carente de sentido y con más problemas que la anterior.
Para todos aquellos que no hagan frescor a su memoria o que no tuvieran ni si quiera capacidad de memoria de aquella época por su edad, les refresco; nuestra Carrera Oficial ya ha pasado por muchas posibles soluciones: Cambiar calle Ancha, por Valverde – Cánovas del Castillo, realizarla una jornada al revés (Ancha – Catedral) para demostrar que la solución era finalizar en Catedral y aquello no se volvió a repetir más, de nueva a Novena, de Nueva a mitad de novena y ahora de Nueva a querer terminar en Palillero o incluso hacer un cambio radical y llevarnos a un Carrera Oficial fuera de toda índole a un recorrido fuera de lugar: San Agustín – Catedral.
Y además de todas ellas, ahora salta la última gran iluminación: reestructurar toda la Semana Santa moviendo a cofradías como piezas en un tablero de ajedrez para así el consejo de sabios cofrades hacer una “Semana Santa modelo” que sea la envidia de España y la Humanidad…
Es curioso ver cómo las excusas para ello tienen poco sustento. Pero aún así se sueltan y escriben como auténticas erudiciones.
Porque parece ahora que el Miércoles Santo es la panacea pasando a Sentencia al primer lugar, cuando es lo que llevaba pasado más de 30 años.
Parece ahora que cambiar cofradías de días será la solución a nuestros problemas, cuando el problema que tenemos hoy día empezó a raíz del cambio de algunas cofradías de días, dejando un Jueves Santo y Madrugada a la intemperie.
Parece que el problema de las cofradías una detrás de otras por los mismos recorridos se solucionaría con un cambio de Carrera Oficial y de cofradías a otros días, cuando son exactamente esta Carrera Oficial y esos cambios de días los que crearon estas caravanas de hermandades que se unen como ruedas de pescadilla que se muerden la cola.
Porque recuerden: Aquellos que hoy nos ofrecen soluciones y cambios que parecen que iluminarán una nueva era de éxitos, llevan décadas errando en sus predicciones e intentando justificar sus cambios sin rendir cuentas a nadie.
La Semana Santa no puede ser como como los periodos electorales donde según el partido que gobierne las cosas se cambian sin ton ni son según el gusto o parecer de los mandatarios de turno.
Y el claro ejemplo de todo ello lo tenemos en nuestro país con algo tan importante como los modelos de educación, donde se cambian al gusto del parlamentario de turno y donde cada vez se denotan las carencias de modelos de éxitos educativos y métodos que están abocando al país a un desastre generacional del que no sabremos cómo salir de aquí a unas décadas.
La Semana Santa no puede cambiar al gusto de una comisión, que con todo el respeto del mundo, a veces no sabe ni solventar su propio modelo de cofradía… ¿y va a saber ponerle soluciones a una Semana Santa completa?
¿Personas que han tenido conflictos de intereses en un día de lluvia en un templo catedralicio o batallas dialécticas a pie de calle en una procesión magna, de verdad van a saber dejar sus intereses a un lado para ver el bien común de todos los cofrades?
Perdónenme que dude y crea que estamos abocados al fracaso.
Y perdónenme que crea que aquellos que hoy en día debaten sobre el futuro de nuestras cofradías no vean la realidad de la problemática.
Hoy nuestra Semana Santa tiene problemas más graves que una Carrera Oficial.
Las iglesias cada vez están más solitarias y por ende las cofradías como menos hermanos y feligreses.
La juventud cada vez tiene menos interés en las cosas y no solo en la Semana Santa, ya lo están viendo en intereses más nacionales como el fútbol donde un joven no es capaz de aguantar 90 minutos completos viendo un partido o donde prefiere ver un twich de alguien insultando o haciendo bromas sobre los jugadores de dicho partido.
Igual lo próximo que se nos propone desde el Consejo es crear una Superliga Cofrade donde las “mejores cofradías y con más tirón” sean las que salgan a la calle y las demás a mirar desde casa (esto es una #guasacofrade en toda regla, pero ojo que es muy parecido a lo de querer cambiar cofradías de días).
Otro problema y de mayor gravedad: tenemos un organigrama que no es capaz de solventar ni siquiera con un comisariado, un problema grave de una cofradía o dejar abandonados a los hermanos de cofradías sin potestad de toma de decisiones por gustos, intereses o cuestiones banales de directores espirituales.
¿Y de verdad la solución a nuestra Semana Santa es cambiar la Carrera Oficial y las hermandades de día?
A los que ya nos queda poco en este mundo, puede que cuando todo esto pase (si alguna vez llega a suceder) nos coja lejos de toda vivencia cofrade (y natural de la vida) para poder comprobarlo, pero nosotros, aquellos que ya hemos vivido bastante, nos toca dejar en buenas manos esto de la Semana Santa a las futuras generaciones y no al contrario.
Y la primera solución es clara: desarmar de los altos mandos a todos aquellos incompetentes que solo hacen llevarnos a los cofrades al fracaso.
No convirtamos nuestra Semana Santa en una LOMLOE Cofrade que sea irreversible, y terminemos sin ningún modelo válido para nuestra Semana Santa.
Pues ese sería a la larga nuestro mayor fracaso.
