A las puertas de Septiembre, todos los organismos empiezan a prepararse para un nuevo curso cofrade, marcado de nuevo, por la incertidumbre.
Después de unos meses de verano de descanso y donde la prohibición del culto externo en nuestra ciudad sigue vigente, tanto el Consejo como las propias Hermandades comenzarán a calentar motores con la vista puesta al próximo 10 de abril de 2022.
Y lo harán con unas restricciones que ya parecen algo obsoletas y que se espera que al igual que los políticos, los organismos eclesiásticos vuelvan de sus vacaciones y empiecen a estudiar alternativas a lo que vivimos hoy en día los cofrades, que no sale mas allá de cualquier acto que sea en el interior de un templo.
Son muchos los que claman al cielo por no poder llevar a cabo cultos mas allá del dintel de una iglesia mientras hay ya actos que aglomeran masas sociales en la calle. Eso sí, todos acotados y controlados (quitando algunas excepciones de cosas mal hechas), mientras Obispado y Secretariado siguen en un mutis constante del que esperemos tengamos noticias en pocas semanas.
Y mientras tanto, el Consejo tiene la labor de empezar a trabajar en una próxima Semana Santa aún llena de incertidumbres.
El tiempo nos ha demostrado, que hablar y hacer conjeturas más allá de un par de meses vista, es precipitarse constantemente. Pero lo que no podemos tener es otro año de inmovilismo, donde la experiencia del pasado Marzo, cuando el Consejo no tomó cartas en el asunto y terminó realizando una semana mayor descafeinada, sujeta a la improvisación y la premura, dejó a los cofrades con un sabor más o menos amargo y que si no llega a ser por las Hermandades en sí, hubiéramos tildado de desastroso.
Por eso, Septiembre de 2021 debe de ser el punto de partida para organizar una gran Semana Santa en 2022, la cual se cree, aunque no podemos asegurar, se realizará en la calle. Pero debe de hacerse con bastante organización y por supuesto con bastantes argumentos para dar la seguridad de que no correremos riesgos extremos (el 100% de seguridad no existe hoy en día).
Es verdad que viendo a una ciudad vecina como Jerez que ha realizado varios cultos externos, podemos inundarnos de positivismo y esperanzas. Pero viendo ciertas actuaciones que han llevado movimientos extraños y decisiones que veremos en próximas semanas si nos llevan a un paso atrás, deberíamos de ir con pies de plomo.
Es por ello por lo que desde el seno de varias hermandades (no me consta que sea un trabajo conjunto con el Consejo, aunque supongo que se habrán producido conversaciones “off de record” para dar esos pasos), se está trabajando en una Semana Santa en la calle de forma alternativa, con parihuelas y opciones que hagan tener una alternativa en caso de no poder llevar los cortejos procesionales con la normalidad que conocíamos.
Son varias, las que están ideando formas alternativas de sacar los misterios a la calle para mayor seguridad de todas las partes, aunque como todos sabemos, la gran dificultad estará en el control del público.
Y en ello ya se han dejado caer desde varios sectores de la prensa y mentideros cofrades, de una supuesta ampliación de la Carrera Oficial, cosa que sería más que discutible si es para paliar los efectos de la COVID con nuestras procesiones, o una idea que ya se barajaba y que esta pandemia sirve de excusa para implementarla.
Son varias ideas y rumores que esperemos en este primer mes de septiembre se vayan aclarando y vayan saliendo a la luz, pues los cofrades necesitamos ver ya el final de este túnel y ver un verdadero trabajo de los organismos y en especial del Consejo en esta nueva etapa.
Pero sobre todo lo que necesitamos ya los cofrades es que el Obispado se pronuncie.
El Obispo debe tender la mano ya a sus fieles y no seguir cerrando puentes con su feligresía, que no debe de olvidarse, luchan por mantener nuestras creencias y nuestras tradiciones. Aunque visto lo visto, Zornoza esta en otros menesteres.
A partir del próximo 1 de Septiembre pues, comienza la cuenta atrás, y debe de comenzar una nueva etapa cofrade, que diste mucho de estos dos últimos años.
Porque la sociedad lo necesita.
Y porque los cofrades lo merecen.