Llega el periodo que los cristianos debemos vivir con mayor intensidad y Fe, preparándonos en profundidad para celebrar la Semana Mayor.
A pocos días para que Doña Cuaresma le gane a Don Carnal esos días que normalmente le robaba año a año, este 2021, los gaditanos tenemos la oportunidad de oro para ganarle a esos dimes y diretes que la historia y los escritos nos ponían con el San Benito de “Es que el gaditano no vive de verdad la Semana Santa porque le absorbe el carnaval”
Llega el momento de que el gaditano y cofrade (también carnavalero y a mucha honra por supuesto) este año además de su ya más que titánico esfuerzo por sobrevivir a esta maldita pandemia que nos tiene ya asfixiados, sume a su mochila una obligación más y es la de demostrar que a partir del miércoles de ceniza y sin carnaval en las calles, aquí hay verdaderos cofrades y cristianos, y no esa típica coletilla de “jugar a los pasitos” que a veces tan irónicamente se quiere colgar en la espalda de cada gaditano.
Es momento de dar un paso al frente y desde el miércoles de ceniza vivir esta cuaresma de una forma especial.
Es momento de vivir con profundidad, ilusión y esmero estos cuarenta días de preparación para celebrar el recuerdo de la Pasión de Cristo, de meditar y rezar desde el interior para comprender la verdadera palabra De Dios, esa que tanta falta nos hace y de la que tanta hambre y sed tenemos.
Es momento de rezar, retomar el evangelio y leerlo con más profundidad para entender que igual estos dos años sin cofradías en la calle, Dios quiere que hayan pasado por un fin determinado.
Dios igual ve que nos hemos vuelto a subir en una Torre de Babel donde nadie es capaz de entenderse, ya no solo con el extranjero, sino con el propio hermano en sangre o hermano de Fe en Cristo, viviendo en una polaridad a veces absoluta y que se necesita reestructurar dandole remedio.
Es momento de abrir las hermandades a sus feligreses, de abrazarlos desde el corazón (distancia de seguridad por favor) de darles consuelo desde la figura de Cristo y de acercarles la Iglesia (y las hermandades en su extensión) de todas las maneras posibles (las hermandades ya deberían de haber trabajado durante este año en ello)
Vivir la cuaresma, desde la Fe el respeto y la seguridad que los tiempos nos marcan, es el mejor sello de identidad para demostrar que los cofrades y los cristianos podemos vivir nuestra fiesta con la mayor responsabilidad posible. Y las hermandades deben poner toda la infraestructura necesaria para ellos.
Vivamos unos cultos intensos, con los aforos correspondientes, pero con un seguimiento por redes que bata récords. Y por supuesto no solo alimentarnos de Fe. Las redes deben de inundarse de pasos en la calle para alimentar nuestra hambre cofrade, y para eso algunos estamos trabajando en ello desde nuestras redes.
Cambiemos el ¡cofrades a la calle! por el ¡seamos verdaderos cofrades!
La calle será de nuevo nuestra bandera, hay que tener paciencia. Llegará el momento de volver a abrazarnos, de volver a tapar nuestra cara de ruán o raso. De ser todos iguales, sin títulos ni distinciones, debajo de un paso.
Hermanos, cofrades y cristianos, a partir del próximo miércoles de ceniza, llegan nuestros días más importantes del año. Disfrutemos de ellos como nunca. Demostremos el verdadero sentir del cristiano.
¡¡Feliz Cuaresma a todos!! ¡¡Vivámosla con pasión y gozo!!