La eterna pregunta que trae auténticos quebraderos de cabeza a las hermandades para el próximo año que se aproxima y que avecina un 2021 sin salidas procesionales, es como sufragar un nuevo año sin controles de salida.
Una pregunta que ya ha planteado varios debates en el sector cofrade y que está dando opiniones muy contrarias a la hora de exponerlo, pues ¿Es correcto hacer que todos los hermanos paguen una cuota única a partir del próximo año, siendo indiferente que realicen o no estación de penitencia? ¿Qué impacto tendría dentro de la nómina de hermanos esta medida? ¿Hay soluciones alternativas?
A favor de una cuota una cuota única
Las voces favorables a esta medida dan como razón de peso que la cofradía debe de estar sustentada por todas las personas que forman la nómina de hermanos independientemente de que realicen la estación de penitencia o no, pues es un deber que, según comentan, está incluido en los estatutos y reglas de la Hermandad.
Ciertamente esta propuesta haría que las cofradías no notaran en sus cuentas, estos vacíos económicos que, contratiempos como una pandemia o una no salida procesional por razones de otra índole, hacen que una hermandad entre en una crisis, hasta el punto de no saber si podrá mantenerse a lo largo de años convulsos.
Pero también podría darse el caso de que un buen porcentaje de esa nómina de hermanos tomaran la decisión de concluir su ciclo y darse de baja, es entonces cuando no sabríamos si es mejor el remedio que la enfermedad.
En contra de una cuota única
Por otro lado, encontramos el sector que defiende que no se puede hacer cargo de los gastos extraordinarios (sabemos que el mayor gasto de una salida procesional no es la salida en sí, sino los factores extraordinarios que esto conlleva, como la contratación de bandas, servicios florales, cera, etc.) a aquellos hermanos que por diferentes situaciones no pueden realizar su salida procesional. Pues no todo hermano no realiza estación de penitencia por no querer participar o verla desde una silla en carrera oficial. Ya sea por motivos externos (laborales, enfermedad, impedimento, etc.) o por motivos económicos (no olvidemos que hay familias que ese dinero es como agua de mayo para sus casas) no se puede contar con el 100% de la nómina para salir con el habito penitencial.
¿Y si hubiera una solución intermedia?
Pero de lo que todavía no he oído hablar es de si existe una solución extraordinaria para estos años de pandemia donde se pudiera llegar a un estudio personal y especifico dentro de cada hermandad, que en detalle se les explique a cada uno de los hermanos para hacerles así participes de una decisión consensuada y en las que todas las partes ganen.
Y aquí es donde me quiero extender.
Un control de crisis

Hay cosas que, bajo mi opinión y punto de vista, una junta de gobierno debe de tener clara y es que los compromisos de una hermandad, esta tiene que hacerse cargo de ellos tanto en los buenos como en los malos momentos. Si tu tienes un compromiso con otros sectores como los musicales, orfebrería, etc. que son los que normalmente tienen contrataciones de larga duración, la hermandad tiene que ser fiel a su compromiso sea la situación que sea.
Si una banda tiene una contratación de tres años y está el compromiso de un pago económico, la hermandad tiene que estar a la altura y cumplir lo que ha firmado. Estos líos y debates en cuanto a si pagar o no a una banda por la pandemia, incluso entrando el propio consejo de Hermandades a intentar que el coste sea cero, creo que es un gran error que puede dejar huella a la larga para que alguna cofradía pueda conseguir incluso una banda decente de cara a próximos años.
O el caso de dejar a algún orfebre, tallista o bordador el trabajo parado porque no hay dinero para pagar al no salir. La Hermandad tiene que estar a la altura de lo que firma y apalabra.
Pero por supuesto los hermanos también y hay que explicárselo a ellos.
Por eso una buena solución que podría ser un termino medio de cara a la Semana Santa de 2021 (y esperemos que sea solo para esta venidera) sería lo que he querido denominar como «Cuota de crisis».
Esta cuota de crisis a grosso modo sería una cuota solo aplicable durante los años de «No salida procesional» haciendo sufragar a todos los hermanos el montante económico que normalmente da la cuota de salida de un año natural, para así, los años que esa cuota de salida no exista, la hermandad no note perdidas y a la vez el hermano no vea incrementada su cuota en una cantidad excesiva ya que, el aumento económico sería liviano.
Pongamos un par de ejemplos
Ejemplo 1: Una Hermandad donde sea el 50% de su nómina sea la que salga a la calle
Basándome un poco en la media de cuotas que se llevan a cabo dentro de las hermandades de nuestra ciudad, vamos a tomar de ejemplo una hermandad que tuviera 1100 hermanos, donde solo realizaran estación de penitencia unos 500 de ellos, con una cuota de hermano anual de 25€ y un control de salida de 20€.
Veríamos que en el caso de querer imponerles una cuota anual única esta ascendería a los 45€, casi el doble de lo que normalmente pagan la mitad de los hermanos en un año natural.
Sin embargo, aplicando la «cuota de crisis» la gestión sería la siguiente:
500 hermanos que pagan 20 € de salida dan a la hermandad un montante de 10.000€. Si esta cantidad la dividiéramos equitativamente entre los 1100 hermanos en nomina, cada hermano tendría que aportar un total de 9€ quedando su cuota de crisis (cuota anual extraordinaria de ese año) en 34€.
Como se puede comprobar la aportación del hermano solo asciende en una aportación mínima la cual sabe que solo aportará en caso de que ese año la salida procesional no se efectúe y la hermandad percibirá la misma cantidad económica sin ver dañadas sus cuentas siendo los ingresos los habituales. Los años de salida las cuotas seguirían sus cauces tradicionales.
En este caso, bajo mi opinión una hermandad con esos números no tendría que dudar en plantear esta solución de cara al 2021 y posteriores años de crisis.
Ejemplo 2: Una Hermandad donde la diferencia entre nómina y estación de penitencia sean cercanas
Vamos a analizar ahora a una hermandad que tuviera una nómina de 350 hermanos y donde realizaran estación de penitencia unos 250 de ellos, con una cuota de hermano anual de 18€ y un control de salida de 20€.
En este caso veríamos que los datos son muy diferentes ya que aplicando una cuota única ascendería a 38€ y aplicando la cuota de gestión de crisis su cuota sería de 30€. Viendo que la diferencia económica entre cuotas no es muy alejada y que el porcentaje de no participantes en la salida procesional es solo el 30% del total, igual la hermandad sí debería plantear en futuros plenos una cuota única total. Pero en todo caso tendría las dos opciones planteables para que sus hermanos decidieran.
Como vemos opciones hay varias y las Hermandades debería estudiar exactamente qué es lo mejor para cada una de ellas, pero rápido que se nos echa el 2021 encima e igual alguno por nerviosismo decide tomar alguna decisión a la ligera y ya sabemos que las prisas no traen nada bueno. Y aquí hay que buscar siempre la mejor opción para el hermano pero sin perder de vista los intereses de la Hermandad.
Y tú ¿qué formula de cuota crees que es mejor para tu Hermandad?